En cualquier etapa de nuestras vidas llega un momento en donde debemos cambiar para mejorar y no estancarnos. El fútbol de Salta vive un proceso inverso, ya que los directivos, hinchas y periodistas no se percatan que con este modelo siempre van a terminar en el mismo lugar. El camino de fortalecimiento es largo y sinuoso pero es el que puede conducir al despegue definitivo del fútbol local. Inversión en inferiores, infraestructura y equilibrio financiero son las claves para romper con status quo de este deporte en Salta.
La primera condición necesaria para cambiar el modelo es la inversión en inferiores. Que un club tenga divisiones menores no sólo significa darle una pelota y una camiseta para que jueguen. Es imprescindible que esos chicos tengan el acompañamiento de profesionales, tales como cuerpos técnicos preparados, psicólogos, médicos y nutricionistas. Es cierto que no todos los chicos van a llegar a primera división, pero los que no lleguen habrán tenido una excelente preparación para la vida y los que lleguen a la máxima categoría estarán física y mentalmente preparados para el desafío.
Además de inversión, la infraestructura es otra condición necesaria para cambiar el modelo. Un club sin un predio donde desarrollar actividades deportivas no tiene futuro. He visto jugadores entrenando debajo de una tribuna y socios que ni siquiera tienen el beneficio de una entrada para los partidos. Es por ello que antes de gastar, los clubes deben invertir a futuro en una propiedad que sirva para arraigar las bases de un futuro crecimiento. De esta manera, los clubes no solo podrán formar jugadores sino también extenderán su llegada a otros deportes, necesarios para su fortalecimiento institucional y económico.
Por último, el equilibrio financiero es fundamental para el crecimiento institucional. Con desfasajes económicos no se puede lograr ningún cambio, sino simplemente sobrevivir con sobresaltos hasta que las urgencias económicas lo determinen. Para esa tranquilidad económica, un club necesita ser austero en los gastos e invertir para captar socios, para lo que se necesita inversión e infraestructura, ya que sin esas condiciones es imposible crecer y cambiar.
Está claro que los logros futbolísticos efímeros como los ascensos no hacen otra cosa que tapar una realidad que contrasta notoriamente con el entusiasmo con que se analizan los éxitos deportivos sin sustento institucional. Si los directivos de Salta no cambian el modelo, si los hinchas no dejan de pensar en el resultado de hoy y si los periodistas creen que un ascenso o un descenso determinan la vida institucional de los clubes, el modelo nunca va a cambiar y nos va a seguir llevando al fracaso definitivo.
Roberto Gramajo
Profesor y Lic. en Inglés
Magister en TEFL
